8 de diciembre de 2008

STUDIO 54


AÑO: 1998 
DURACIÓN: 93 min. 
PAÍS: Estados Unidos 
DIRECTOR: Mark Christopher 
GUIÓN: Mark Christopher 
MÚSICA: Marco Beltrami & Varios (Disco) 
FOTOGRAFÍA: Alexander Gruszynski 
REPARTO: Ryan Phillippe, Neve Campbell, Salma Hayek, Mike Myers, Sela Ward, Breckin Meyer, Sherry Stringfield, Michael York, Heather Matarazzo, Lauren Hutton, Mark Ruffalo 
PRODUCTORA: Miramax International 
GÉNERO: Drama 
SINOPSIS: Nueva York, 1979. Shane O'Shea es un joven con una vida monótona y anodina. Sueña con poder entrar una noche en la discoteca Studio 54, en pleno Manhattan. Se trata de la discoteca más exclusiva del mundo, un local donde si no eres famoso resulta realmente difícil ser admitido. Cierta noche, el propietario del negocio, Steve Rubell, descubre a Shane en la cola y ordena al portero que le deje entrar, decidiendo ofrecer al muchacho un trabajo en su local. Allí, Shane iniciará su camino hacia el éxito, es decir a las drogas, el sexo y la música disco, acompañado por una serie de jóvenes cuya aspiración es aprovechar la oportunidad que les da la discoteca para poder codearse con el mundo de la farándula, con la esperanza de que esto les ayude a consumar sus sueños. 

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A fines de los noventa a los productores de Hollywood no se les ocurrió mejor idea que llevar a la pantalla grande el tema de Studio 54, la célebre discoteca neoyorkina en cuyas pistas bailaron los famosos a fines de los setenta y principios de los ochenta, lugar de drogas, alcohol y sexo que fue una especia de santuario de una época decadente. Hollywood hizo dos filmes una fue Los últimos días del disco con Robert Sean Leonard y Kate Beckinsale, y la otra Studio 54, película que la crítica americana sentenció de mediocre y no tuvo el impacto ni la taquilla que se aguardaba. Algunos afirman que el error del filme estuvo en cambiar la orientación sexual de uno de los personajes centrales de la trama interpretado por el rubio Ryan Phillipe, quien en la versión que llegó a los cines no aparecía como el chico bisexual, pero ahora sabemos que Ryan si llegó a grabar las escenas descritas para su rol en el guión original, es más no hace mucho se presentó en el OutFest de Los Angeles la edición con los 45 minutos que cortaron de la cinta y esta vez se pudo ver la relación de amor gay entre Shane y su amante. Entonces nos planteamos el asunto ¿qué pasa cuando le quitamos esencia a un guión cambiando de pronto la trama, perderá sentido la historia o no será creíble? Rodada en 1998 y dirigida por Mark Christopher basado en su guión original STUDIO 54 nos lleva a recorrer la vida de esa discoteca famosa por sus excesos y escándalos. Es 1979, Shane O'Shea (Ryan Phillipe) es un rubio lindo, guapo y de buen cuerpo, pero sin dinero en el bolsillo. Tiene una vida simple y desea más: fama y éxito. Sueña con entrar a la disco de moda y llega su golpe de suerte cuando en sus ansias por llamar la atención el dueño del local Steve Rubell, una buena performace y un papel distinto para el comediante Mike Myers, lo descubre haciendo cola y permite que el portero le deje ingresar al objeto de sus deseos y universo de sus fantasías. Al poco tiempo Shane pasa de camarero a ser la mayor atracción sexual del recinto, al que todos quieren admirar y tocar, su ascenso al mundo del sexo, las drogas y la música disco se inicia de forma admirable. Ryan Phillipe le pone mucho empeño a su papel, sin embargo nunca observamos los matices que un personaje arribista y sin escrúpulos necesita para lograr sus fines. El filme no coge vuelo ni siquiera cuando conoce a la niña rica Neve Campbell o coquetea con Salma Hayek, dos relaciones disimiles que lo llevan a experimentar sensaciones extremas. Shane no sabe que hacer, se debate en su dilema de ser alguien pero a costa de un alto precio. En lugar de profundizar en las relaciones de los personajes o llevarlos hasta las últimas consecuencias de sus actos, la visión de Christopher palidece y va decreciendo el interés poco a poco, al final ni el propio Shane O'Shea sabe por qué está allí ni lo que desea. La película hubiese funcionado mejor si en los personajes se hubiesen dibujado más reales y no simplemente usar a la disoteca como una banal excusa, en todo caso lo que si pinta bien es la actuación de Mike Myers como el dueño Steve Rubell, quien tuvo que cerrar Studio 54 debido a su quiebra como empresario. Se desaprovechó las locaciones, dar vida a la misma discoteca como otro personaje más, eso lo hemos visto en otros argumentos y tuvieron más éxito., lo único que vemos es a Ryan Phillipe caminando por acá y por allá en cada rincón de la fue La Discoteca en su momento, pero nunca una relación de empatía o de simbiosis entre ambos, aunque sabemos que esa no era la idea. Lo mejor del filme se deja escuchar en la banda sonora de Marco Beltrami y en los éxitos de esa epoca como para sentir que estamos en STUDIO 54 al igual que en la fotografía de Alexander Gruszynski, deslumbrante y chillona. Tampoco es que sea una pésima cinta puedes verla sin tener que esperar tampoco demasiado. 



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