27 de septiembre de 2008

LA PASION DE JUANA DE ARCO




Año:
1928
Duración: 110 min
País: Francia
Género: Drama Histórico
Imágen: B / N
Director: Carl Theodor Dreyer
Guión: Carl Theodor Dreyer & Joseph Delteil
Fotografía: Rudolph Maté & Goestula Kottula (B&W)

Reparto: Renée Jeanne Falconetti, Eugene Silvain, Maurice Schutz, Michel Simon, Antonin Artaud, André Berley


Sinopsis:

Esta obra maestra de Carl Dreyer (su última película muda, y la mejor sobre Juana de Arco) es el trabajo que le granjeó fama mundial, si bien, como la mayoría de sus últimas películas, fue un succès d’ estime, y no constituyó ningún éxito de taquilla. En la década de 1980 se redescubrió en un manicomio noruego una copia de la versión original, perdida durante medio siglo, pero otras desaparecieron en el incendio de un almacén, y las dos versiones que circularon con posterioridad consistían en descartes.
Todas las películas de Dreyer estaban basadas en obras de ficción o en piezas teatrales, excepto La pasión de Juana de Arco, que se basó esencialmente en la transcripción de fragmentos muy selectos y comprimidos del proceso de Juana. Se realizó solo ocho años después de que Juana de Arco fuera canonizada en Francia, y diez años después de que terminara la Primera Guerra Mundial, acontecimientos centrales en la interpretación de Dreyer. Los cascos que llevan los ocupantes ingleses en 1431 se parecen a los de la guerra reciente, y el público de 1928 consideró la película un “documental” histórico, parecido a las últimas películas de Peter Watkins.
Juana de Arco es interpretada por Renée Falconetti, una actriz de teatro que Dreyer descubrió en una comedia de bulevar, y siguiendo las instrucciones del director, encarnó a su personaje sin maquillaje. Ella y sus interlocutores están filmados casi exclusivamente en primeros planos. Aunque la suya es una de las interpretaciones fundamentales de la historia del cine, Falconetti nunca trabajó en ninguna otra película. Antonin Artaud también aparece en su papel cinematográfico más memorable, el del compasivo hermano Jean Massieu.
El enfoque radical de Dreyer a la hora de construir el espacio y la lenta intensidad del movimiento de la cámara hacen que la película sea difícil, en el sentido de que, como todas las grandes películas, reinventa el mundo desde sus cimientos. La pasión de Juana de Arco es también dolorosa, como todas las tragedias de Dreyer, pero seguirá viva después de que la mayoría de películas comerciales se hayan borrado del recuerdo.




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